Modo 1- Modo indignación

Hola, en este primer post quiero darles la más cordial de las bienvenidas a Modo LD. Nuestro blog (desde ahora también suyo) plasmará, en principio, mi visión del mundo (sí, ya lo dije en Modo Historia).

En ocasiones hablaremos puramente de información del acontecer diario del país, en otras esas informaciones estarán exclusivamente orientas al entretenimiento, sobre todo el cine y la televisión, dos de mis más grandes pasiones.

Sin más introducciones: Modo 1-Modo indignación.

La génesis de Modo LD ocurre el 23 de agosto del 2012, víspera de la posible visita al mejor país de la “bolita del Mundo”, República Dominicana, de la tormenta tropical Isaac. En este día me he llenado de indignación por lo que tildo como indiferencia de parte de gobernados y gobernantes frente al “hijo lluvioso de Abraham”.

Verán, en mi tierra, cuna de los sueños del buen Dios, una alerta roja ante un fenómeno meteorológico de la categoría de una tormenta o huracán tropical es tomada con cierta ligereza.

Y es que, contrario a otras naciones caribeñas hermanas, nuestras autoridades no decretan un alto a las labores. No me malentienda, adoro lo que hago, me gusta trabajar, pero entiendo que es mejor prevenir que lamentar. ¡Ante alerta roja eso debería ser automático al menos 24 horas antes!

Por otro lado, muchos mis compañeros no gobernantes, se limitan a pasarla bien. Ignoran la seriedad y la previsión que se debe tener ante un fuerza tan destructiva como un ciclón. No comprar comida enlatada, agua embotellada o baterías y linternas forman parte de esos detallitos que, en más de una ocasión, pasamos por alto.

A los que nunca han pisado nuestra hermosa tierra, los ubico un poco geográficamente. República Dominicana se encuentre en una zona muy sensible a los huracanes, por ende, cualquier medida de prevención es poca.

No me importa la economía, si hay vidas en juego. Trabajo para vivir. No soy, y dudo que sea congresista (chiste interno criollo). Sé que no es “bueno” que hable de un alto a las labores, pero créanme, en mi tierra hemos perdido más de una vida por, únicamente, limitarnos a estar atentos a los boletines de los organismo oficiales, frente a los embates de la madre naturaleza.

Zonas de alto riesgo en Quisqueya (otro de nuestro nombres) hay por pipa (mucho). Sirve de poco que se les informe, eventualmente a las personas, donde están los refugios. ¡No! ese debe ser un trabajo de cada año, y de ser preciso debe penarse el que no quiera, voluntariamente, sacar su vida de peligro.

Debemos funcionar como un caro reloj suizo, al momento de activarse la temporada ciclónica (de junio a noviembre).

¡Ah!, en otro post les diré de nuestras dos temporadas (verano y ciclónica), pero hoy  seguiré compartiéndoles mi “Modo indignación”.

No quiero molestar (fuñir o joder, en dominicano), únicamente deseo que ninguna vida se pierda, pues al final, no nos sirve de nada tener un país económicamente estable si falta un solo de los que contribuyó con esa estabilidad.

La bolsa, el petróleo, el dólar, el euro, los metales y cuanta otra cosa tenga valor en esta tierra suben y bajan a cada momento, pero la vida, la vida es algo tan maravilloso que puede perderse en un suspiro. Así que quiero contengamos la respiración todo el tiempo posible.