¡Necesitabamos que ganara LeBron! ¡Y ganó LeBron!



En vista de la ola de comentarios, efusivos todos (contrarios muchos), que recibí por mi aparentemente reprochable atrevimiento de manifestar respaldo por un jugador X de la NBA al que llamaremos “LeBron, 'con dos' anillos de campeonato a sus 28 años', James”, me veo en la obligación de volver a poner mis dedos al servicio de la alegría que invade a los que considerabamos necesario que el líder de Miami llevara su equipo a una segunda victoria en tres temporadas.

Advertencia: "si usted es fanático de San Antonio o del Kobe y su grupo de seguidores anti-King James, con todo respeto, le invito a que busque bengué para que se sobe, porque esto puede doler.

En mi artículo anterior (¡Necesitamos que gane LeBron!) pedía una figura (héroe o antihéroe) que representara la liga y encendiera el espíritu de los fánaticos que estabamos alejados del juego. Justo es reconocer que, con lo de este jueves, The King James satisface ese deseo.

Y es que James (¿ya tienen el bengué los Pro-Kobe y/o anti-King James?) forma parte del Olimpo reservado a los tres únicos jugadores que, al igual que su majestad “Michael 'el magnífico' Jordan” y "Bill 'grande' Russell" han obtenido dos MVP en serie regular, y dos campeonato en dos temporadas consecutivas.

Un dato mercadológico en torno a su dimensión como rostro de la NBA: LeBron James (monarca del reino de los canastos) fue designado por la revista Forbes, en el 2012, como uno de los diez atletas más influyentes del mundo.

“Mira Luis Daniel, el problema con James es que es un altanero”, me dijo algún amigo en Facebook. Otro señaló: “Hermano, eso que dicen de LeBron es envidia, pues no hay jugador más prepotente que el Kobe”, comentaba otro. En cuanto a Jordan, bueno, "la humilidad no era la principal virtud del jugador oriundo de algún planeta cercano a Krypton", refería el último.

“Es que LeBron se fue de Cleveland en su mejor momento y se olvidó de su gente”, me explicaba alguien sobre el origen del odio hacía el alero de Miami. Bueno, urgando en mis archivos de Google y Facebook, me encontré con la siguiente noticia:

“El astro de la NBA inauguró el LeBron James Clubhouse en el Club de Niños y Niñas en Akron, en el mismo gimnasio donde solía jugar en su infancia. El jugador del Heat de Miami donó 240.000 dólares a través de su fundación para remodelar la instalación. 'Este siempre será mi hogar, no importa dónde esté', afirmó James, quien la temporada pasada se fue de los Cavaliers de Cleveland al Heat de Miami en medio de duras críticas de los aficionados de Cleveland. James sería exaltado luego al salón de la fama de la escuela St. Vincent-St. Mary, su alma mater”, fin de la cita damas y caballeros.

Volviendo al partido final de la final más emocionante de los últimos años, con sus 37 puntos, LeBron se une, no a Jordan, Kobe o el “mago francés de Parker”, sino a Tom Heinsohn, como el máximo anotador de un séptimo partido de finales de la NBA. ¿Más? Ok, viene más. El dueño del trono de hierro de la liga ostenta la mejor marca de promedios en un séptimo juego

Espero que quienes pedían datos estén complacidos con los poco expuestos. Ahora, si me disculpan, vuelvo a la "objetividad" del fanático.

Los héroes y/o antihéroes, como nos demostró Will Smith en Hancock, (mucho menos mala que After Earth) no pueden ser normalitos, aburridos o invisibles (a menos que se trate del hombre invisible). James demostró que es un jugador que puede y pudo atraer todos los ojos hacía si.

¿Recuerdan con la fuerza que hablaba en sus últimos dos turnos desde la línea de tiros libres? Mire, si eso no es pasión, entrega y ganas de “salvar el día”, pues tire estas palabras a la basura.

Siento que ya debemos ir acabando, así que felicito al digno equipo de San Antonio. ¡Bien jugado! ¡Tremanda muestra de orgullo caballeros! Sin apoyarlos en esta final, admito que el arrojo de Parker al anotar, o la expresión de Duncan cuando falló ese tiro “clave”, en los últimos minutos del 4to periodo, me conmovieron. Vaya otro saludo a los fanáticos de las espuelas; "sin ustedes el triunfo no se disfrutaría tanto".

Para finalizar, dos cosas: 1- “LeBron 'dos anillos' James” tuvo un doble-doble de 37 puntos, 12 rebotes, cuatro asistencias y dos balones recuperados en 45 minutos. (¿Saben que el hombre jugo prácticamente todo el partido?).

2- Y como no me perdonaría terminar con un tono tan diplomático, les invito a que dejemos de orar, levantemos la rodilla que bajamos a tierra hace un artículo y nos levantemos con honor, pues llegó el momento de celebrar.

Sin más que agregar, y sin ánimo de apelar al tan criollo “le dimo', le damo' y siempre le ganamo'” les extiendo la más cordial y real bienvenida a la ampliacion del reino de “LeBron 'dos anillos' James”, ¡Larga vida al King!

Twitter: @LuisDanielN

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